Esta mañana tuve otro encargo de interpretación judicial, que siempre es bastante interesante. Debo decir que admiro totalmente a los abogados que tienen que luchar por sus clientes (tengan o no la razón) y a los jueces que deben tomar decisiones en casos difíciles. En comparación, mi trabajo es relativamente sencillo, el vocabulario jurídico básico ya está en mi cabeza, solo tengo que informarme sobre el caso (eso si tengo la suerte de conseguir la documentación de antemano) y me pongo en marcha, interpretando de forma efectiva, totalmente imparcial, sin prejuicios y con la mayor precisión posible. Por otro lado, una de las dificultades añadidas en este momento es entender a la gente a través de la mascarilla y admito que hoy he tenido un par de momentos bastante complicados. Pero vale, es todo parte del juego.
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